Vodevil del desparpajo
Que ante el brusco telón del fracaso
Se regocija del público
Vello púbico bajo las manos
Que el tigre blanco del deseo
Arranca sin preambulos
Y deambular por las aceras
Errante; borracho de frustración
Y andando sin estar nunca cerca
¿Cerca de qué? preguntan
Cerca de lo hermoso y lo justo
Lejos de miradas adustas
Barajando las cartas de amor no escritas
Que se tatuan en la pared del alma
Con agujas imprevistas
Tinta defectuosa y azul
Que chapotea en el fango viscoso
Y se traga toda luz
Así, desamparada y rota
La magia de la ilusión, quebrada
Busca entre el follaje a su hermana
Y no se da cuenta, desgraciada
De que ha acabado en escena
Exhibiendo su bondad desollada
Y bajo plumas esconde sus pechos
Con sus pezones, agujas de heroína
Tratando de emborronar los hechos
Mientras juega a no darse cuenta
De que no anhelan su cara
Sólo le miran las piernas
Y su número no acaba
Como bosques infinitos
O variedad de sinsentidos...
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