viernes, 21 de octubre de 2011

Despedidas del día de Thor.

En un parpadeo borras con tus pestañas el pasado
Mientras bajo tus cejas subyace el secreto del destino
Que cae por la curva de tu garganta en mares llanos
Y descubre acepciones nuevas al concepto del camino

Mariposas de cacao errabundas por mis mejillas
Que reposan sobre mi frente un segundo infinito
Antes de que tus labios, hambrientos de emoción
Caigan en mi boca como un salto en el vacío

Tus dedos, serpentina de vapor y magia
Cuando apartan las ramas blondas de mi cara
Produciendo terremotos en mi espina dorsal
Mientras pronuncias con un suspiro ocho letras, dos palabras

Y yo, aferrada a ti, como náufraga ligera
La madrugada en que muere el día eslavo de Thor
Porque unas horas más tarde partes hacia norte y montaña
Llevándote por ende un pedazo de mi corazón

Repasando una y otra vez tus rasgos en mi recuerdo
Sacando brillo a tus caricias en mi imaginación
Y repite mi cerebro tus besitos de hormiguita
Que afanosos van cubriendo cara, cuello y corazón

Tu mano sobre mi mano bajo una mesa de trabajo
Tu mirada que embelesa en un autobús que madruga
Y tus adioses semanales, máculas de besos de despedida
Y al verte marchar sin quererlo sé que mi alma se arruga

Pero yo esperaré hambrienta a que llegué día séptimo
Y te espere con ansiedad tratando de distraer mi mente
Y entonces sienta tus brazos, tus labios buscando los míos
Y sienta mi alma en paz y ligera nuevamente...

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